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leishmaniosis

La leishmaniosis en perros es un enfermedad causada por la infección de un perro debida al parásito Leishmania infantum, y por la respuesta que establece el perro frente a esta infección parasitaria. Este parásito se encuentra ampliamente distribuido por toda la cuenca mediterránea, pero necesita que un insecto en particular, que en España se trata del mosquito Phlebotomus perniciosus, pique a un perro infectado y luego a uno sano para que pueda propagarse entre la población. Una vez infectado, el Sistema inmunitario del perro detecta la presencia del parásito en sus células de la sangre, y empieza a establecer medidas de ataque para destruirlo. El perro puede hacerlo fabricando anticuerpos, un tipo de proteínas capaz de detectar el parásito, o mediante la formación de células especiales que directamente engullirán a las células infectadas y al parásito que hay en su interior. El primer sistema, el de los anticuerpos, no consigue eliminar al parásito, de modo que la infección avanza, y el perro sigue y sigue fabricando anticuerpos intentando vencerlo. Paradójicamente, son estos anticuerpos fabricados que no consiguen destruir al parásito, los que causarán gran parte de los problemas que sufrirá el perro. Sin embargo, si el perro consigue organizar un buen ejército de células destructoras, la infección se mantendrá a ralla o incluso llegará a eliminarse.

Causas

Causas

Aunque las causas no están completamente aclaradas, la teoría más extendida es que debido a la acumulación de gases el estómago se dilata hasta un punto en que los ligamentos que lo fijan no lo sujetan y el peso del bazo, situado pegado al estómago, produce el giro del intestino. Esto provoca un colapso en el riego sanguíneo, ya que las arterias y venas que discurren por el estómago se estrangulan, impidiendo que la sangre llegue a otros órganos vitales, que la sangre se oxigene correctamente y produciendo arritmias cardiacas; derivando finalmente en un shock de fatales consecuencias.

Si bien puede sufrirla cualquier perro, sin importar tamaño o raza, las razas más propensas a padecer esta enfermedad son aquellas de pecho profundo y estómago distendido y de tamaño grande o moloso(dóbermanpastor alemánchow chowSan Bernardodálmata, galgo etc). Es bastante más frecuente en perros de raza que en mestizos.

Aunque no se tiene conocimiento de las causas exactas, sí se conocen factores que inciden en su aparición las comidas copiosas y en una sola vez, comer demasiado rápido, beber abundantemente y comer antes y después de realizar ejercicio, situaciones de estrés durante la alimentación. También parece existir una predisposición genética.

Síntomas

Síntomas

Cuando un perro sufre una torsión gástrica presenta una serie de síntomas que deben alarmarnos:

  • abdomen hinchado y doloroso por la dilatación del estómago

  • apatía, rechazo de la comida o inquietud

  • náuseas y arcadas que no llegan a producir regurgito de alimento (porque el estómago está cerrado) pero puede llegan a expulsar grandes cantidades de saliva e incluso de sangre

  • problemas respiratorios (al tener un volumen más importante de lo normal, el estómago presiona el diafragma y no deja pasar bien el aire, añadido al hecho que frente al dolor el perro jadea)

  • por la falta de oxígeno y el incorrecto riego sanguíneo, a medida que pasa el tiempo el perro se encontrará cada vez más débil, pudiendo llegar a perder el conocimiento.

Tratamiento

Tratamiento

Tras detectar los síntomas y acudir al veterinario, en primer lugar el profesional debe estabilizar a la mascota, colocándole un catéter intravenoso mediante el que le administrará líquidos a la máxima velocidad posible. A continuación, se procederá al lavado de estómago con una sonda por el esófago para así descomprimirlo. Si este procedimiento no sirviera, se podría optar por una punción con una aguja en la pared del abdomen para llegar al estómago.

El siguiente paso será el de operar, que se realizará llevando a cabo una intervención con la que se pretende unir el estómago al colon limitando su movilidad. Con este proceso, se conseguirá disminuir la posibilidad de recaer y volver a padecer la enfermedad. Eso sí, podría darse que el perro no soportara la anestesia durante toda la operación, lo que obligaría a llevar a cabo una gastronomía, que consistiría en abrir el estómago para vaciarlo, y que implicaría el retraso de la intervención.

Finalizada la operación, habrá que estar pendiente de las posibles complicaciones postoperatorias que puedan aparecer debido a la complejidad de la intervención, tales como una arritmia cardíaca, una peritonitis o una necrosis del tubo digestivo. Es por ello que, durante los días posteriores, debemos procurar darle a nuestro mejor amigo los mejores cuidados posibles para evitar secuelas u otras afecciones.

Contagios

Contagios

La leishmaniosis es una enfermedad muy relacionada con los perros. Nuestros animales de compañía son los principales afectados y si no se trata a tiempo puede resultar muy peligrosa. Es algo que puede afectar a los humanos pero NO por contagio directo del propio perro.

 

 

Si notas algunos de estos síntomas en tu mascota, acude lo más rápido posible al veterinario más cercano. Ver Veterinarias

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