Rabia

La rabia es una enfermedad que se puede presentar en casi todos los animales de sangre caliente. El principal foco de infección es el mordisco de un animal infectado, que puede ser otro perro o un gato. También son transmisores importantes otros mamíferos, como los murciélagos, los zorros, los hurones, las mofetas o el ganado. Sin embargo, los roedores no suelen transmitir esta enfermedad.
Si tu perro está correctamente vacunado, estará protegido contra esta peligrosa enfermedad.
Causas
Es una enfermedad que afecta a diferentes animales domésticos y salvajes, la infección en humanos se produce por mordedura y/o arañazos.
En Asia y África en más del 95 por ciento de los casos los perros son los transmisores de la rabia.
En América del Norte y Sudamérica, Australia y Europa Occidental, son los murciélagos la principal fuente de infección de la rabia. Respecto a la mortalidad humana por contacto con zorros, mofetas, mapaches, chacales, mangostas u otros carnívoros salvajes infectados.
Síntomas
Los síntomas de la rabia se deben a la inflamación del cerebro (encefalitis) y presentan varias fases:
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Incubación. En esta fase, el perro aún no presenta ningún síntoma de la enfermedad. Puede durar desde una semana hasta varios meses.
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Fase pondrómica. Dura de dos a ocho días. Observarás cambios en el comportamiento habitual de tu perro. Además, es frecuente que se muerda en el lugar por dónde penetró el virus. Más tarde, el perro se volverá retraído y pasará tiempo mirando abstraído al vacío.
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Fase agresiva. El perro se vuelve peligroso y agresivo, atacando a cualquier cosa que se mueva. Los músculos de su cara entran en espasmo y tiran de los labios hacia atrás, dejando los dientes al descubierto. Morderá a cualquiera que se cruce con él. Es una fase peligrosa en la que deberás tener cuidado.
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Fase de parálisis. Los músculos de la garganta y la mandíbula se paralizan, quedando la boca abierta. Al no poder tragar saliva, babea y echa espuma por la boca. Puede tener náuseas. Según progresa la encefalitis, el perro pierde el control del movimiento y sufre un colapso, muriendo por insuficiencia respiratoria en uno o dos días. A veces esta fase es la única que apreciamos.
Tratamiento
El primer tratamiento recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida durante un mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona yodada u otras sustancias que maten el virus de la rabia.
Tras la exposición la profilaxis hace que el tratamiento del infectado se inicie inmediatamente con el fin de impedir que el virus entre en el sistema nervioso central que provocaría una muerte inmediata. El tratamiento incluye la vacuna antirrábica y la aplicación de inmunoglobulina antirrábica en los casos en los que esté indicado.
Contagio
La rabia en perros es una enfermedad contagiosa que puede afectar a todos los mamíferos, por lo que los humanos tampoco nos salvamos de ella.
De entre los animales que pueden poseer rabia, destacamos, aparte de a los perros, a gatos, mapaches, murciélagos y zorros. Por lo tanto, si también tienes un felino en casa, ¡debes leer muy atentamente este artículo!
El virus de esta enfermedad se localiza en la saliva del animal contagiado. Esta característica sumada a la agresividad que provoca dicha enfermedad, convierte a la rabia en perros en una patología fácilmente contagiable. ¡La mordedura del can es mucho más probable en estas circunstancias!
También existe la posibilidad de contagio directo cuando la saliva del can entra en contacto con alguna herida que se localice en la piel.
Si notas algunos de estos síntomas en tu mascota, acude lo más rápido posible al veterinario más cercano. Ver Veterinarias