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Caniche

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Historia

Historia

El nombre de caniche deriva de la palabra canard que tiene el significado de "pato". Es descendiente del antiguo Barbet, perro de aguas galo que fue importado por España y Portugal desde el norte de África hasta llegar a Francia en el S. VIII, donde se estableció el origen de esta raza. En la Edad Media y hasta el Renacimiento la agilidad propia de su raza lo destinó a la caza de aves natatorias como patos, cisnes o gansos. Se les conoce como perros acuáticos por ser resistentes al agua y adaptarse muy bien a terrenos fangosos.

Su inteligencia y destreza le convertirían a partir del siglo XVI en protagonista de números de circo. Capaces de realizar piruetas y otros malabares, los caniches amaestrados captaban la admiración de todos los espectadores. Entonces la raza se popularizó por su belleza entre la alta sociedad. Se convirtió en animal exclusivo de la corte que los nobles adornaban con joyas y adornos de lujo. A pesar de la caída del Imperio francés, su popularidad se extendió por toda Europa y América del Norte. En la actualidad, los caniches son conocidos en todos los continentes como animal de compañía.

Características

Características

Es un animal que puede presentar cuatro tamaños distintos, desde uno gigante, que se considera el estándar por ser el primero, hasta uno miniatura, pasando por uno mediano y otro enano.

En todas estas variedades el perro tiene una expresión inteligente y una actitud alerta. Y su constitución, muy armoniosa, transmite elegancia y nobleza.

El cuerpo del caniche es de porte elegante y armonioso, es un animal bien proporcionado, fuerte y musculoso. Independientemente de su tamaño, presenta siempre un cuerpo sólido y firme, con la espalda recta y las patas robustas y fuertes.

 

La cabeza está bien moldeada y proporcionada con el cuerpo, tiene el stop poco marcado y el hocico sólido y fuerte. Este último se afeita, pero el cráneo posee un voluminoso copete rizado.

Los ojos de un caniche son ligeramente oblicuos y ovalados, son de color negro o pardo oscuro, o bien de tono ámbar oscuro en los canes de manto chocolate. El borde de los párpados también es oscuro.

Sus orejas son largas, planas y caen a ambos lados de las mejillas. Se agrandan detrás de la inserción y son redondeadas en la extremidad. Están cubiertas de pelos ondulados muy largos.

 

Cuenta con unos pies ovalados y poseen unas almohadillas duras y gruesas. Según el arreglo tradicional, los pies se afeitan, pero quedan enmarcados por una especie de “globos” o “pelotas” de pelo.

La cola del caniche es fuerte e insertada alta, cuando el perro está en acción, la levanta más arriba del dorso. Se suele afeitar en la zona de la base y dejar un gran pompón de pelo en la punta.

En cuanto al pelo, el caniche, tanto si es ensortijado como si se presenta en forma de rastas, el pelaje es siempre muy abundante, bastante largo y con una textura fina, lanosa y apretada.

Preocupaciones

Preocupaciones

Un punto a favor de la tenencia de un caniche es su excelente salud y, en consecuencia, su alta longevidad. No obstante, este perro también puede sufrir determinados problemas de salud que conviene conocer.

Los más habituales, que afectan a todas las variedades, son las afecciones oculares, algunos de los cuales son leves, como la obstrucción del lagrimal o una defectuosa conformación dé los párpados (entropión y ectropión), pero algunos otros resultan un poco más serios, tales como las cataratas o la atrofia de retina, que pueden llegar a causar incluso la ceguera.

No obstante, estas últimas afecciones son genéticamente controlables, por lo que es posible erradicarlas si se excluye de la crianza a los reproductores afectados o portadores de dichas enfermedades.

 

También se dan con frecuencia algunos problemas de piel, en especial en los ejemplares que tienen el manto de color blanco, por lo que en general se recomienda extremar el cuidado de la dermis en todas las variedades, ya que, por ejemplo, si se somete al animal a un arreglo estético extensivo con cierta frecuencia, las cuchillas y las tijeras pueden acabar provocándole ciertas abrasiones o irritaciones siempre indeseables.

Por otro lado, los ejemplares gigantes y medianos tienen un mayor índice de displasia de cadera y de torsión de estómago que los enanos y miniaturas, los cuales, en cambio, están más expuestos a la luxación de rodilla. Y en el último caso hay que evitar además los indicios de miniaturización.

Y como siempre, la mejor estrategia de salud es actuar de manera preventiva, acudiendo con regularidad al veterinario para cumplimentar los pertinentes programas de vacunación y desparasitación, y para realizar los controles rutinarios de boca, ojos, oídos (ver cómo limpiar las orejas a un perro), piel, pelo y peso.

Con estos cuidados, el caniche se convierte en una mascota ideal para cualquier familia, pues sabe dar mucho cariño y compañía a todos los miembros de su entorno y si se desea realizar actividades al aire libre con él siempre está dispuesto a participar con entusiasmo y alegría

Cuidados Básicos

Cuidados Básicos
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Con el arreglo tradicional se pretende proteger con el pelo las zonas más vulnerables del caniche, como son cabeza pecho, riñones, pies y manos. Al rasurar el resto del cuerpo se dota al animal de mayor libertad de movimientos.

El pelo del caniche puede ser ensortijado o bien desarrollarse en largos mechones a modo de rastas. En el primer caso hay propietarios que optan por un corte uniforme del manto, sencillo y muy práctico, pero también hay quien prefiere someter al animal al arreglo tradicional en el que se rasura parte del cuerpo y el resto se deja más largo en forma de vistosos pompones. Este mismo corte es el que se da a los ejemplares con rastas.

 

El arreglo típico de la raza

El manto del caniche es uno de sus mayores atractivos, tanto por su ductilidad como por la gran cantidad de posibilidades que ofrece para su arreglo. Mantener en buenas condiciones este manto es una obligación de todos los propietarios, pues el caniche es una de las razas a las que, estéticamente, más partido se les puede sacar.

Cepillado

Como el manto del caniche es muy tupido, es fácil que se enrede, por lo que hay que someter al animal a una sesión diaria de cepillado para mantenerle el pelo estirado y sin nudos.

Este cepillado puede ser una labor algo costosa en esfuerzo y tiempo, por lo que es fundamental acostumbrar al perro desde pequeño a esta rutina a fin de que permanezca quieto en la mesa durante las sesiones de arreglo.

Baño

Para que el pelo esté limpio y con la textura adecuada, hay que dar al caniche baños periódicos. Se debe utilizar un champú y un acondicionador diseñados específicamente para su tipo de pelo y es importante enjuagar muy bien al animal, sin dejar restos de producto, y después secarlo en profundidad con un buen secador o un expulsor potente para evitar que el manto quede húmedo y se apelmace.

Después del baño hay que volver a cepillar, empleando un cepillo de púas metálicas largas y trabajando el manto desde el interior hacia fuera, por capas y asegurándose de que se hace por igual en todos los lados.

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